¿CUÁNTO DEBERÍA APOSTAR POR CADA JUEGO?
La cantidad a invertir en cada apuesta variará según las características personales y la tolerancia al riesgo de cada uno. Sin embargo, hay dos elementos esenciales que se deben considerar: el número total de apuestas realizadas y la cuota promedio de las mismas.
Número de apuestas: Si realizas un gran volumen de apuestas, es prudente emplear un porcentaje de stake más bajo para cada jugada. En cambio, si apuestas de forma menos frecuente, podrías permitirte arriesgar un porcentaje mayor de tu bankroll en cada apuesta.
Cuota media: Cuando las cuotas son elevadas, se recomienda utilizar un stake menor, mientras que si predominan cuotas bajas, es posible aumentar el porcentaje de la apuesta.
La idea es actuar de manera cautelosa y conservadora, utilizando un porcentaje de riesgo que se ajuste a tu situación y persiguiendo una rentabilidad sostenida a lo largo del tiempo. En términos generales, para cuotas promedio superiores a 2 y realizando entre 4 y 10 apuestas semanales, se sugiere destinar entre el 2% y el 5% de tu bankroll a cada apuesta.
Además, si estás empezando en el mundo de las apuestas, resulta aconsejable aprovechar los bonos de bienvenida que ofrecen muchas casas de apuestas, ya que estos te brindan un capital adicional para comenzar a apostar (como el caso del bono de Luckia).
¿QUÉ MÉTODO DE GESTIÓN DE STAKE DEBERÍAS UTILIZAR?
La forma en la que gestionas el stake influye significativamente en tu éxito o fracaso como apostador. Tanto si eres principiante como si llevas tiempo apostando de manera amateur, es fundamental definir el stake en términos porcentuales y no como una cantidad fija.
Stake como porcentaje: Utilizar un porcentaje te permite ajustar la cantidad a apostar en función del tamaño actual de tu bankroll, lo que resulta en una gestión más coherente y adaptada a la realidad de tu capital.
Apostar una cantidad fija solo se recomienda para apostadores muy experimentados y, en ese caso, es ideal hacerlo siguiendo las estrategias de tipsters de confianza.
A continuación, se describen tres métodos para gestionar el stake:
1. Stake Plano: Consiste en apostar siempre el mismo porcentaje de tu bankroll, independientemente de la cuota o el valor de la apuesta. Este método, que trata todas las apuestas de la misma forma, es el más conservador y facilita el análisis posterior para mejorar tu estrategia, por lo que es el recomendado para la mayoría de los casos.
2. Stake Variable: Implica variar el porcentaje a apostar en función del valor de la cuota y el tamaño de la apuesta. Este método requiere interpretar y cuantificar adecuadamente el valor de cada jugada, por lo que solo es aconsejable para apostadores con mayor experiencia.
3. Beneficio Fijo: Se basa en ajustar la cantidad apostada para tratar de obtener siempre el mismo beneficio en cada apuesta. Este método resulta apropiado únicamente cuando se trabaja con un rango de cuotas muy amplio, aunque no es lo ideal porque no se considera el valor real de cada apuesta.
¿CON QUÉ FRECUENCIA DEBERÍAMOS REAJUSTAR NUESTRO STAKE?
Es importante actualizar de forma regular el porcentaje del stake, ya que tu bankroll irá cambiando con el tiempo. Adaptar el stake a la situación actual de tu capital te ayudará a proteger tu bankroll durante rachas negativas y a potenciar los beneficios en momentos favorables.
Para decidir la frecuencia de actualización, se deben tener en cuenta dos factores:
Volumen de apuestas: Si apuestas de manera muy frecuente, es aconsejable revisar y ajustar el stake con mayor regularidad. Por el contrario, si apuestas de forma ocasional, las actualizaciones pueden realizarse con menor frecuencia.
Valor del stake: Cuando el porcentaje del stake es alto, conviene actualizarlo con mayor frecuencia; en cambio, si se utiliza un porcentaje bajo, es posible que no sea necesario hacerlo tan a menudo.



